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España ya está entre los 10 países que consumen más productos ecológicos. Hace años que es primer productor de productos ecológicos de Europa y el sexto del mundo. Ante el auge de los productos ecológicos pueden surgir dudas sobre su verdadero valor. Pero los estudios sobre sus beneficios para la salud dan cada vez más argumentos a sus defensores, a quienes también mueven motivos éticos, sociales y medioambientales.

La producción ecológica responde a la demanda de alimentos naturales y sanos. Según una encuesta realizada para el gobierno español, el consumidor medio de productos ecológicos es joven, con hijos, una formación superior a la media y le interesa el efecto de los alimentos sobre su salud. Por eso busca alimentos con aval ecológico y si es posible producidos en su entorno. Los prefiere a los preparados o de marca conocida. Sin embargo, aún son pocas las personas que conocen todas las ventajas de estos alimentos.

No contienen plaguicidas

Es la ventaja más obvia. La agricultura convencional recurre a más de 400 plaguicidas, la mayoría de los cuales son probados alérgenos, neurotóxicos y cancerígenos. La mitad de las frutas y hortalizas que se consumen contienen algún residuo.

Las autoridades sanitarias aseguran que los residuos no rebasan los límites de seguridad, pero según la Oficina Estatal de Control Químico y Veterinario de Alemania se ingiere una media de 0,4 mg de plaguicidas por cada kilogramo de frutas u hortalizas.

Teniendo en cuenta los efectos acumulativos y cruzados, cada vez más expertos coinciden en que a largo plazo no existen dosis seguras, por muy bajas que sean. En lugar de plaguicidas sintéticos, el agricultor ecológico utiliza sustancias que ya existen como tales en la naturaleza (azufre, sulfato de cobre…), así como preparados a base de plantas.

Una tierra más viva

Junto a los sacos de plaguicidas se usan los de fertilizantes químicos a base de compuestos minerales (nitrógeno, fósforo, potasio…). Los agricultores ecológicos, en cambio, emplean compost elaborado con restos vegetales o estiércol.

Con estos fertilizantes orgánicos y mediante la rotación de cultivos y el descanso del suelo promueven la fertilidad natural de la tierra, en la que intervienen muchas sustancias y microorganismos. Un estudio suizo ha mostrado que la tierra de las granjas ecológicas posee más gusanos, artrópodos, hongos y bacterias que ayudan a las plantas a absorber más nutrientes.

Más vitaminas y minerales

También está demostrado que las frutas y hortalizas ecológicas son más ricas en nutrientes. Contienen más vitamina C, en un estudio financiado por la Unión Europea entre 2004 y 2009 midió hasta un 90% más de vitamina C en frutas y hortalizas.

Más nutrientes. En España, un equipo dirigido por Lola Raigón, ingeniera agrónoma y catedrática de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Valencia, halló en las verduras ecológicas una mayor concentración nutritiva: 25% más de potasio en lechugas, 14% más de calcio en tallos de hinojo, 16% más de hierro en judías, 20% de más de vitamina C en el zumo de naranja y 10% más en el pimiento verde.

Estas cifras se explican por las diferencias en los fertilizantes utilizados, la composición del suelo y la cosecha no prematura. No obstante, aún hay expertos que no lo reconocen amparándose en estudios contradictorios.

Gran poder antioxidante

Muchos vegetales aportan sustancias químicas que, sin ser nutrientes, poseen efectos antioxidantes saludables. La mayoría son flavonoides o ácidos orgánicos que las plantas crean para protegerse del sol o las plagas. En el cuerpo humano, estos compuestos actúan contra los radicales libres, que pueden dañar las células y favorecer el desarrollo de tumores.

Un sabor como el de antes

Una razón que lleva a consumir productos ecológicos es recuperar el sabor de antaño. “Los tomates no saben como antes”, se dice. Los ecológicos, en cambio, conservan su aroma.

No es magia: el uso de fertilizantes químicos aumenta la proporción de agua de los alimentos; en los ecológicos la proporción es menor y, por tanto, los agentes aromáticos están más concentrados. Los estudios de Lola Raigón lo constatan: los cítricos ecológicos poseen un 24% más de aceites esenciales, que además le sirven a la planta como defensa.

Por otro lado, los agricultores ecológicos suelen elegir variedades locales adaptadas al terreno o el clima, en lugar de las más resistentes o de crecimiento rápido. Y los alimentos, si se adquieren en la temporada, se cosechan maduros, por lo que no pasan por cámara.

Una dieta más variada

En una parada de productos ecológicos se encuentran a menudo hortalizas que no se ven en los supermercados: colirrábanos, patatas moradas, tupinambos, ensaladas silvestres… Estos alimentos enriquecen y alegran la dieta.

La variedad no es por capricho ni por llamar la atención, sino consecuencia de cómo se trabaja en una granja ecológica. En lugar de apostar todo a una carta (una planta que ocupe grandes extensiones) se cultiva una diversidad de especies y variedades para reducir el riesgo de plagas desastrosas.

Ingerir menos aditivos

Los alimentos bio solo pueden contener unos cuantos de los más de mil aditivos que usa la industria alimentaria: aditivos a base de extractos naturales. En cambio, la industria alimentaria convencional dispone de un arsenal para mejorar el sabor, la apariencia y la textura de los productos, alargar su conservación y abaratar costos.

Lo que podría parecer una ventaja no lo es tanto, pues muchos aditivos están bajo sospecha de tener efectos negativos sobre la salud, desde reacciones alérgicas e irritaciones hasta alteraciones del comportamiento como la hiperactividad infantil.

Freno al cambio climático

La producción de alimentos es responsable del 30% de las emisiones de CO2 a la atmósfera (al transporte se le atribuye la mitad). Este impacto se puede reducir, porque unos alimentos provocan más emisiones que otros. Además, elegir productos ecológicos reduce el impacto en una tercera parte, porque las granjas bio emiten menos CO2 y fijan más en el suelo y en la vegetación.

Inteligencia y previsión

Para producir alimentos ecológicos, los agricultores necesitan comprender a fondo cómo funciona la naturaleza y tratan de colaborar con ella en lugar de combatirla. Para ello tienen en cuenta tanto los conocimientos tradicionales como los últimos hallazgos científicos.

En vez de usar un insecticida químico crean las condiciones para que no aparezca la plaga. Otras estrategias son rotar cultivos, usar variedades bien adaptadas, intercalar plantas que repelen los insectos dañinos o recurrir a insectos depredadores y a trampas con feromonas. Estas medidas son tan eficaces que los agricultores convencionales las están incorporando poco a poco, lo que está permitiendo reducir el uso de plaguicidas.

Crear más trabajo

En España, el número de trabajadores en el sector agrícola ecológico aumenta un 20% cada año, incluidos los recientes de crisis. En tiempos de crisis y dominados por los movimientos internacionales de capitales e industrias, la agricultura ecológica puede ser uno de los ejes para un desarrollo alternativo sostenible.

Cercanía y desarrollo local

Los alimentos bio pueden consumirse lejos de su lugar de origen. En Suecia toman aceite de oliva ecológico español y aquí se bebe leche de avena sueca. Pero las personas con criterio ecológico se sienten más a gusto comprando productos cercanos, ya que el impacto ambiental del transporte es mucho menor.

Este requisito se puede cumplir sobre todo con las frutas y hortalizas de temporada. Pueden encontrarse en tiendas ecológicas y mercados municipales, pero muchos consumidores se organizan en cooperativas o grupos que compran directamente al agricultor.

La salud de los niños

Muchas personas se inician en la alimentación ecológica al tener su primer hijo, pues tienen como prioridad ofrecerle alimentos menos contaminados y más puros.

Hacen bien, porque el organismo de los niños es mucho más vulnerable a los tóxicos, sobre todo a los que afectan a los sistemas reproductor, nervioso e inmunitario. De hecho, esta vulnerabilidad ya existe en la gestación, por lo que las futuras madres también debieran planteárselo.

El tomate, en especial el ecológico, protege a nuestro organismo de enfermedades como el cáncer

Son muchos los beneficios que puede contribuir el consumo de tomate ecológico a nuestro organismo, en especial frente a diferentes tipos de cáncer como el de mama o próstata.

Un estudio de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) publicado en el ‘British Journal of Nutrition’ se centró en el potencial antioxidante del licopeno de los tomates, compuesto que le proporciona su característico color rojo, era capaz de ralentizar el crecimiento e incluso matar las células del cáncer de próstata. Esto es posible gracias a su capacidad para frenar la angiogénesis en el cáncer, proceso por el cual un tumor induce la creación de nuevos vasos sanguíneos para obtener los nutrientes necesarios y seguir creciendo.

Además, un trabajo posterior de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, publicado en el ‘Journal of Clinical Endocrinology & MEtsbolism’ reveló que una dieta rica en tomate también podía servir para proteger a las mujeres posmenopáusicas del riesgo de desarrollar cáncer de mama. En este caso, el trabajo demostraba que el consumo regular de tomates tenía un efecto positivo en el nivel de la hormona adiponectina, implicada en la regulación del metabolismo de la grasa y el azúcar.

¿Y PARA TENER MENOS RIESGO DE ICTUS?

Pero los beneficios del tomate no se reducen al cáncer. Una investigación de la Universidad de Finlandia Oriental publicada en la revista ‘Neurology’ en octubre de 2012 reveló que los hombres que comían tomates de forma habitual tenían menos riesgo de sufrir un derrame cerebral.

El estudio también se centró en el licopeno y en su potencial para combatir la inflamación y los coágulos de sangre mejor que otros antioxidantes. No obstante, el estudio no dejaba claro si en la muestra analizada (más de mil adultos de más de 45 años) podía haber otros factores que condicionara un menor riesgo de enfermedad cerebro vascular.

MEJORES PROPIEDADES SI EL TOMATE ES ECOLÓGICO

Además, los estudios sobre el tomate también han mostrado diferencias en función del cultivo utilizado, como un trabajo realizado por la Universidad de Barcelona en 2012, que reveló que los tomates ecológicos tenían más antioxidantes que los de cultivo tradicional.

El estudio, publicado en el ‘Journal of Agricultural and Food Chemistry’, se centró en la variedad ‘Cherry’ para determinar su perfil fenólico, es decir, las moléculas orgánicas que se encuentran de manera natural en muchos vegetales y que tienen un efecto beneficioso para la salud humana, mediante cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas.

Gracias a este método, lograron identificar treinta y cuatro compuestos fenólicos diferentes en los tomates. La ventaja de tomar los polifenoles en los alimentos naturales es que el alimento contiene una gran variedad de estas moléculas y entre ellas se potencian. Las diferencias se atribuyen a las diferencias al abono utilizado, ya que en el caso de la agricultura ecológica no se pueden añadir abonos nitrogenados, lo que implica que las plantas tengan que crear sus propios mecanismos de defensa y, de este modo, aumentan todos los antioxidantes.

La reducción del riesgo contra esta enfermedad podría llegar al 50%

El tomate es uno de los alimentos más consumidos, pero, además, es un gran aliado de la salud. Los especialistas explican que el tomate, sobre todo los cultivados de forma ecológica, ayuda a reducir el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer y contribuye a regular la tensión arterial, a mejorar la vista y el aspecto de la piel, entre otros beneficios.

El consumo diario de tomate, cultivado de forma natural y sin pesticidas o sustancias dañinas, podría reducir en un cincuenta por ciento el riesgo de cáncer de piel, según ha puesto de manifiesto un estudio realizado en modelos experimentales por investigadores de la Ohio State University (Estados Unidos), y que ha sido publicado en la revista ‘Scientific Reports’.

En concreto, los científicos han comprobado que los individuos que habían sido alimentados con una dieta rica en tomate, tenían un cincuenta por ciento menos de riesgo de padecer un tumor de piel, en comparación con aquellos que no habían recibido este alimento.

Estos resultados se pueden explicar por el hecho de que los carotenoides de la dieta, los compuestos de pigmentación que dan a los tomates su color, pueden proteger la piel contra los daños de los rayos ultravioletas.

No obstante, no se encontraron diferencias en el riesgo cuando se analizaron a individuos hembra. «Este estudio nos mostró que tenemos que considerar el sexo cuando se exploran diferentes estrategias preventivas, porque lo que funciona en los hombres no siempre funciona igual de bien en las mujeres y viceversa», ha asegurado la autora principal del estudio, Tatiana Oberyszyn.

En el nuevo estudio, los investigadores del Estado de Ohio han encontrado que sólo los individuos machos alimentados con tomates rojos deshidratados tenían reducciones en el crecimiento del tumor, mientras que aquellos alimentadas con tomates de mandarina, que han demostrado contener más licopeno biodisponible, tuvieron menos tumores que el grupo control, si bien la diferencia no fue estadísticamente significativa.

El licopeno contribuye a reducir el riesgo de padecer diferentes cánceres como el de próstata, el de pulmón y el de colon. También potencia el sistema inmune y ayuda a combatir los radicales libres producidos por el estrés, el tabaquismo, el exceso de sol o de calorías, factores que, poco a poco, envejecen nuestro organismo.

Crudo, asado, en ensalada, como parte de salsas, guisos o guarniciones. Hay infinidad de formas de preparar este alimento para disfrutar de su sabor y sus propiedades saludables y desde El Camaleón Verde queremos hacerte llegar los mejores a tu hogar, es por eso que ponemos al alcance de tu mano a través de nuestra web nuestras hortalizas y productos.

La empresa mostrará su amplia gama de productos en la cita que se celebra los días 16 y 17 de septiembre en Campohermoso

Bio Sol Portocarrero, empresa hortofrutícola de producción ecológica-biológica-orgánica, estará presente en las I Jornadas Gastronómicas de la Comarca de Níjar, que se celebrarán los próximos días 16 y 17 de septiembre, en Campohermoso, con el fin de dar a conocer a los nijareños, así como a todos los almerienses, los productos ecológicos y orgánicos de su marca.

Estas jornadas han estado apoyadas por el Delegado Provincial de Turismo, Cultura y Deporte, Alfredo Valdivia; la alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez Felices; el Director de la Escuela de Hostelería de Almería, Juan Fernández; junto a los representantes de la Asociación de Vecinos El Marquesado de Campohermoso, María Hernández, Juan Jiménez y Francisco García. Una iniciativa que supondrá un punto de encuentro entre más de un centenar de empresas del sector agro en la comarca de Níjar y que permitirá estrechar lazos entre todas ellas.

En este evento el principal objetivo para todos los participantes será promocionar la cultura culinaria de la región promoviendo el bagaje cultural de los platos típicos y tradicionales de la zona, aprovechándose de la excelente materia prima que en ella encuentran.

La producción agrícola es un sector que está en plena expansión y su tendencia en exportaciones va en aumento, algo de lo que Bio Sol Portocarrero es consciente, gracias a su filosofía de cultivo orgánico y a su inversión continua en la formación de sus trabajadores. Por ello, su participación en la ciudad que les vio crecer, será una gran oportunidad para seguir aumentando su promoción y distribución tanto en la provincia de Almería como en el resto del territorio nacional.

Por otro lado, la actividad de Bio Sol Portocarrero no termina con su participación en las I Jornadas Gastronómicas Comarca de Níjar. Y es que, la empresa tiene preparada una agenda cargada de citas. De hecho, los próximos días 25, 26 y 27 también estará presente en la feria Andalucía Sabor que se celebra en el Palacio de Congresos de Sevilla.

El 64% de los españoles cree que los términos ecológico, biológico y sostenible son ‘parecidos’

Cuando hablamos de alimentación todos estamos familiarizados con los conceptos ecológico, biológico, orgánico y sostenible. Podríamos definir en qué consisten pero muchas personas harían definiciones muy similares para todos. ¿Realmente sabemos qué diferencias hay entre ellos? Según un estudio no lo tenemos nada claro.

El 64% de los españoles cree que los términos ecológico, biológico y sostenibles son ‘parecidos’ en cuanto a productos de alimentación se refiere. Del mismo modo, dos de cada 10 personas consideran que son exactamente lo mismo, según se pone de manifiesto en un estudio encargado por Unilever, que analiza la percepción y hábitos de este tipo de producto en consumidores.

Además, el 41% de las personas encuestadas en el estudio percibe los productos ecológicos como más naturales y un tercio como más sanos y con mejor sabor. También se consideran demasiado caros, aunque muchos creen que vale la pena pagar más. En un 58% de los casos, los consumidores asocian la compra de productos ecológicos a los huevos, siendo el segundo tipo de alimento más relacionado con el término, después de frutas y verduras.

No es raro que muchas personas no sepan diferenciarlos. De hecho, la legislación vigente de la Comunidad Europea plantea los adjetivos ‘eco’ (ecológico), ‘bio’ (biológico), sostenible y orgánico como sinónimos: todos designan a aquellos productos que no han sido tratados con ningún tipo de pesticida o producto químico, han sido cultivados respetando los ciclos propios de la naturaleza sin manipulación genética y, proporcionan beneficios para el medio ambiente y la comunidad agrícola y ganadera local.

Aunque a grandes trechos son parecidos no son exactamente lo mismo y vamos a esclarecer cuales son las principales diferencias.

Ecológico

Los alimentos ecológicos son aquellos que desarrollan todas sus etapas de crecimiento y producción como en la naturaleza y sin intervención artificial. Es decir, para que una hortaliza sea ecológica la semilla tiene que ser ecológica, la tierra y el agua descontaminada, se aprovechan las condiciones naturales para el desarrollo como el clima o el suelo, y no se usa ningún fertilizante ni pesticida químico. En el ámbito ganadero, se respeta la crianza en zona libre de contaminación, alimento ecológico, sin intervención de hormonas de crecimiento o antibióticos.

Biológico

Los productos que llevan la leyenda Bio, se destacan porque no contienen ningún componente que haya sido alterado genéticamente. Es decir, cualquier producto que no se haya realizado unas intervenciones de laboratorio para conseguir el resultado final, tal como puede suceder con algunas frutas o verduras para lograr mejor color, volumen, o duración.

Orgánico

Especifica que no se ha realizado ninguna intervención química para lograr un desarrollo óptimo. Un alimento etiquetado como orgánico asegura que no se han usado pesticidas, fertilizantes u otras sustancias similares.

No obstante, hay que aclarar que no todos los alimentos orgánicos son Bio, ya que puede ser que no contengan químicos pero que estén elaborados con productos manipulados genéticamente, como pueden ser las frutas de un dulce o las uvas de un vino.

Sostenible

El término “sostenible” es más amplio y por tanto, menos restrictivo, puesto que relaciona dos factores importantes, por un lado el respeto al medio ambiente y por otro, el económico. Un producto sostenible, aunque entiende el respeto al medio ambiente, tiene como criterio principal el bienestar de las personas.

La agricultura sostenible, por ejemplo, antes de llegar a alcanzar un proceso de cultivo ecológico al 100% prioriza que los productores puedan sacar beneficios económicos para mejorar la economía local.

Como podemos ver son muchas las diferencias entre estos términos, pero todos ellos tiene algo en común, cuidan y respetan el medio ambiente.

 

¿Has oído hablar alguna vez del cultivo ecológico?

Se trata de una forma de agricultura más respetuosa con el medio ambiente, es decir, alejada de una sobreexplotación de los recursos y evitando utilizar sustancias químicas que podrían ser perjudiciales para nuestro planeta e incluso nuestra salud.

De este modo, el cultivo ecológico prescinde del uso de pesticidas y fertilizantes a la hora de hacer crecer las plantas, así se producen alimentos naturales cuyo proceso de crecimiento no ha sido manipulado.

Agricultura ecológica vs agricultura de consumo

Hoy en día, la agricultura que consideramos convencional utiliza abonos químicos para que los alimentos crezcan más rápido, alteren su aspecto y, en resumen, generen más beneficios a la hora de venderlos. Pero estos productos químicos alteran sus propiedades haciendo, por ejemplo, que aumenten su cantidad de agua y pierdan su sabor e incluso que sean menos saludables, ya que dejan de tener contenido esencial como minerales fundamentales para nuestro organismo.

Todos estos compuestos químicos que se usan en la agricultura convencional hacen que nuestro cuerpo vaya acumulando toxinas que son muy difíciles de eliminar. Nuestro hígado, que es el que se encarga de este proceso, se satura de trabajo y nuestra salud se puede llegar a resentir.

Desde hace años, algunos agricultores se están dando cuenta de esto y están apostando por el cultivo ecológico, que cada vez predomina más en Europa. La agricultura ecológica ofrece productos de calidad y muy beneficiosos para nuestra salud. Además, están siendo cada vez más fáciles de comprar gracias, entre otras cosas, a la proliferación de las ventas por Internet.

Ventajas de los alimentos de cultivo ecológico

  • Para nuestra salud: porque no contienen químicos añadidos. Estarás consumiendo lo que ves, sin que tu cuerpo se resienta o tenga que eliminar toxinas.
  • Para la economía local: muchos agricultores ecológicos cultivan a pequeña escala y, por lo tanto, es una forma de hacer circular recursos a todas las zonas del mundo, sin provocar un crecimiento desmesurado de algunas empresas.
  • Para el medio ambiente: el cultivo ecológico también se centra en la salud de nuestro planeta, ya que no contamina los suelos con productos que cuesta mucho eliminar y que son perjudiciales para nuestro entorno.

¿Esperabas que el consumo de productos ecológicos tuviera tantos beneficios? Si te decides por ellos estarás contribuyendo a todas estas causas, pero hay algo más que puedes hacer por la salud de la Tierra.

Aunque la distribución alimentaria convencional copa el mercado, los supermercados ecológicos están haciéndose un hueco en el centro de las principales ciudades

Sus bazas son el creciente interés por una alimentación saludable, la apuesta por un modelo de proximidad y una cesta de producto cada vez más amplia.

Es el momento de ‘coger la ola’ ya que cada vez hay más interés en los alimentos ecológicos. Y muchos consumidores potenciales tienen cerca un supermercado donde satisfacer esas necesidades.

El perfil del comprador de productos ecológicos es muy amplio, dependiendo de sus motivaciones: consumidores de productos convencionales que se interesan por los productos ecológicos, buscando alternativas más saludables, personas con alergias e intolerancias alimentarias, otras que buscan en los alimentos eco la recuperación de los sabores y texturas de los productos de antaño. También hay quienes deciden comer productos ecológicos por convencimiento o filosofía, como los veganos y vegetarianos, y quienes lo hacen, sencillamente, porque está de moda.

Cercanía y especialización

La mayoría de los supermercados ecológicos responde a un formato de tienda no demasiado grande (de 130 a 450 m2) y urbanas, es decir, comercios de proximidad: “Los hipermercados tienen una zona de productos ecológicos, pero para ir a ellos, generalmente, hay que desplazarse a las afueras. Sin olvidar que los supermercados ecológicos están especializados, por lo que su surtido es más amplio”.

Expansión del comercio electrónico

Estas tiendas refuerzan su facturación con la venta a través de sus plataformas online, que también sirven para generar marca y extender el conocimiento de estos productos a un público mayor.

Conciencia ecológica

En sus lineales no sólo hay alimentos y bebidas, sino también productos de cosmética, limpieza, higiene o parafarmacia. Estos artículos son demandados tanto por personas preocupadas por la presencia de agentes químicos como por consumidores que buscan productos sociales y medioambientalmente responsables.

Nuevos modelos de hogares

La experta de IE Business School indica que hacer la compra completa en un supermercado ecológico quizá pueda ser caro para una familia con hijos. Sin embargo, recuerda que cada vez hay más hogares en los que viven personas solas, parejas sin hijos o familias monoparentales para los que la diferencia de precio no es tan grande.

 

 

La agricultura ecológica nace del respeto a las dinámicas naturales de los ecosistemas y de la preservación del equilibrio biológico

La agricultura ecológica, también llamada orgánica o biológica, se basa en el cultivo que aprovecha los recursos naturales para, por ejemplo, combatir plagas, mantener o aumentar la fertilidad del suelo, etc., sin recurrir a productos químicos de síntesis como fertilizantes, plaguicidas, antibióticos, y similares, y en la no utilización de organismos que hayan sido modificados genéticamente, los transgénicos. De esta forma se consiguen alimentos más naturales, sanos y nutritivos. Además,  se ayuda a conseguir una mayor sostenibilidad del medio ambiente causando el mínimo impacto medio ambiental.

Hay varios tipos de agricultura ecológica que se basan en el equilibrio y respeto con el medio ambiente, como son, la agricultura Biodinámica,  la agricultura Natural o Fukuoka, la agricultura sinérgica, la agricultura Mesiánica, la Permacultura, etc.

El suelo como soporte vital

El suelo asume una importancia vital y no es un mero soporte de las plantas, sino un complejo entramado de vida que se debe potenciar y mimar. Es el único método de agricultura que busca armonizar el funcionamiento de los sistemas naturales con los intereses del ser humano consiguiendo alimentos saludables con rendimientos sostenibles y asegurando la conservación de los recursos naturales, la salud de las personas y contribuye a paliar los efectos del calentamiento global.

La agricultura ecológica permite a las comunidades producir los alimentos necesarios para alimentarse. Este tipo de agricultura favorece un futuro con una agricultura respetuosa y alimentos saludables para todas las personas. Los alimentos cultivados de forma ecológica tienen mejor sabor y son más sanos. Un estudio reciente en California muestra que las fresas cultivadas ecológicamente son más dulces que las producidas de forma  convencional. La variedad ecológica también contiene un 10% más de antioxidantes, relacionados con la prevención de muchas enfermedades.

En términos económicos, este método de agricultura moderna conduce a mayores rendimientos de los cultivos. A nivel mundial, la agricultura ecológica puede producir un promedio de aproximadamente 30% más alimentos por hectárea que la agricultura convencional. En los países en desarrollo, la agricultura ecológica puede producir aproximadamente un 80% más de alimentos por hectárea. Al no emplear insumos químicos sintéticos que además, son muy contaminantes, se produce un ahorro muy importante para los agricultores.

También, supone la mejor forma de mitigar los efectos del cambio climático y ayudar a la población mundial a adaptarse a los cambios que supone el calentamiento global.

Máximos niveles de calidad

Los alimentos ecológicos provienen de la agricultura ecológica, que utiliza un sistema de producción de la máxima fiabilidad pues está sujeto a una trazabilidad desde el campo hasta la mesa mediante el Reglamento Europeo 834/2007.

Todos los agentes que intervienen en la cadena agroalimentaria están sujetos al control e inspección de las materias primas utilizadas, el proceso de elaboración, el envasado, el etiquetado, etc. mediante las empresas de control y certificación acreditadas.

La agricultura ecológica es mucho más sabrosa

Los productos ecológicos, al ser elaborados de forma más artesanal y cuidadosa, recuperan los gustos originales y tienen mejor sabor. Debido a que las plantas sólo son regeneradas y fertilizadas orgánicamente, éstas crecen más sanas y se desarrollan de mejor forma, conservando el auténtico aroma, color y sabor. Por ello, muchos consumidores prefieren alimentos ecológicos, ya que conservan el verdadero gusto de cada ingrediente y les permite recuperar el sabor tradicional de los alimentos. Además, los alimentos ecológicos se conservan mejor que los convencionales.

 

Las frutas y verduras ecológicas no llevan químicos, respetan el medio ambiente y son mucho más sabrosas. Las verduras y frutas ecológicas son buenas para la salud, para el medio ambiente y, en definitiva, para la vida.

La palabra ecológico se refiere a la forma en la que los agricultores cultivan sus productos, como las frutas y verduras ecológicas, los cereales, productos lácteos o la carne. Las prácticas agrícolas ecológicas están diseñadas para mejorar la calidad del suelo y el agua, reducir la contaminación y promover un ciclo sostenible de los recursos.

No están permitidos, por ejemplo, los fertilizantes sintéticos para añadir nutrientes a la tierra, pesticidas para el control de plagas, ingeniería genética para mejorar la resistencia a plagas o el rendimiento de los cultivos y los antibióticos para el ganado. Aunque también se usan pesticidas y fertilizantes en la agricultura ecológica, estos no son sintéticos.

El mayor inconveniente de este tipo de productos revierte en su precio, muy por encima del que ofrecen sus homólogos convencionales, motivo que los hace únicamente alcanzables, de manera diaria (no esporádica), a un sector de la población con buen nivel económico.

Los productos eco son mejores para la salud. Las frutas y verduras ecológicas no contienen conservantes ni aditivos de origen químico. Durante su cultivo, no se utilizan fertilizantes químicos, plaguicidas ni productos químicos de síntesis, sólo medios naturales y fertilizantes orgánicos. Con este tipo de alimentos puedes estar tranquilo de que no ingieres productos tóxicos que puedan perjudicar tu salud.

En este artículo te contamos todas las razones por las que deberías escoger frutas y verduras ecológicas, ¡toma nota de todas las claves!

Su forma de cultivo es más sostenible

Los cultivos de frutas y verduras ecológicas utilizan de forma eficiente los recursos naturales y favorecen la biodiversidad. Al prescindir de sustancias químicas, este tipo de alimentos evitan la contaminación del aire, del suelo y del agua. De esta forma, su producción limita los residuos que se vierten a la tierra, no contamina las aguas subterráneas ni los suelos y el ahorro energético es mayor a otros cultivos convencionales. Además, el empleo de técnicas más respetuosas con el medio genera un aumento de la actividad biológica del suelo.

Se potencia el desarrollo en las zonas rurales

La agricultura ecológica es un tipo de cultivo más artesanal que requiere un mayor volumen de trabajo. Esto repercute positivamente en las zonas rurales donde se cultivan las frutas y verduras ecológicas, a través de la creación de empleo.

Contienen más nutrientes

La fruta y verdura ecológica contiene un 50% más de vitaminas, minerales, enzimas y otros micronutrientes que los alimentos convencionales producidos de forma intensiva. Su particular método de elaboración garantiza que los alimentos conservan sus propiedades nutritivas y son de la mayor calidad.

Son más sabrosas

La fruta y verdura ecológica se cultiva al sol, al aire libre, sin invernaderos y siguiendo los ciclos productivos de la naturaleza. Y sobre todo se mima. Todo ello hace que su sabor sea auténtico.

¿Necesitas más razones para probar las frutas y verduras ecológicas del Camaleón Verde?

Las ventas por internet están en auge y, comprar en tiendas ecológicas online se ha puesto de moda, por eso El Camaleón Verde, se suma a esta ola de cambio.

La tecnología está muy presente en la vida cotidiana de todas las personas. Estas deciden cada vez más hacer uso de Internet para realizar sus compras. Las empresas son conscientes de estos cambios de hábitos en los consumidores, por lo que han decidido adaptar actualizar sus negocios a las exigencias de los nuevos tiempos.

El sector de la alimentación, no iba a ser menos y las empresas se preparan incansablemente para posicionarse cuando llegue este gran e inevitable cambio.

Los consumidores han cambiado sus hábitos

El e-commerce ha abierto un mundo totalmente nuevo a los consumidores, los cuales pueden adquirir los productos de alimentación a través de un dispositivo móvil conectado a Internet. De esta forma, el cliente puede llenar su carrito de la compra a través de solo un clic.

Son muchas empresas las que se están sumando al mundo digital para no ser desbancados cuando se produzca el gran auge.

Aunque las tiendas físicas te permitan probar las cosas en primera mano, existen muchos beneficios de comprar en las tiendas online. Uno de ellos, y de los más importante, es que podemos hacerlo donde queramos, hoy en día donde todos nosotros disponemos de aparatos electrónicos, comprar es mucho más fácil. Solo tenemos que meternos en nuestro terminal y realizar el pedido en unos minutos para poder disfrutar de forma rápida y sencilla de lo que queremos consumir.

Los clientes más jóvenes suelen realizar sus compras de manera online

Sin embargo, los usuarios de una edad más avanzada, aún están recelosos a utilizar estas nuevas tecnologías. Por eso, es muy importante que las empresas se dediquen a mejorar la experiencia de compra de estos últimos. Desde El Camaleón Verde queremos transmitir la confianza necesaria a todos nuestros usuarios para que puedan comprar en nuestra tienda online y no sientan ningún tipo de peligro al realizar esta acción.

Para ello, es preciso que los usuarios conozcan las ventajas de adquirir productos de forma online. Desde la comodidad de su hogar, el usuario podrá abrir su navegador e introducir el nombre de las frutas, verduras y hortalizas que necesiten en nuestro buscador y disfrutar, en un corto periodo de tiempo, de su compra en casa.

En definitiva, la era digital ha provocado que los negocios tradicionales tengan que actualizarse de manera inmediata, debido a la gran demanda de productos que se produce de forma online.

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